viernes, 23 de mayo de 2014

BAGLIETTO, JUAN CARLOS: Carta de un león a otro


Perdona, hermano mío, si te digo 
que ganas de escribirte no he tenido.
No sé si es el encierro, no sé si es la comida
o el tiempo que ya llevo en esta vida.

Lo cierto es que el zoológico deprime 
y el mal no se redime sin cariño. 
Si no es por esos niños que acercan su alegría 
sería más amargo todavía. 

A ti te irá mejor, espero, 
viajando por el mundo entero, 
aunque el domador, según me cuentas, 
te obligue a trabajar más de la cuenta. 

Tú tienes que entender, hermano, 
que el alma tiene de villano 
al no poder mandar a quien quisieran 
descargan su poder sobre las fieras.

Muchos humanos son importantes 
silla mediante, látigo en mano. 

Pero volviendo a mí, nada ha cambiado 
aquí desde que fuimos separados. 
Hay algo, sin embargo, que noto entre la gente: 
parece que miraran diferente.

Sus ojos han perdido algún destello 
como si fueran ellos los cautivos.
Yo sé lo que te digo, apuesta lo que quieras, 
que afuera tienen miles de problemas. 

Caímos en la selva, hermano, 
y mira en qué piadosas manos. 
Su aire está viciado de humo y muerte 
y quién anticipar puede su suerte. 

Volver a la naturaleza sería su mayor riqueza, 
allí podrán amarse libremente 
y no hay ningún zoológico de gente. 

Cuidate, hermano, yo no sé cuándo, 
pero ese día viene llegando.

Autor: Chico Novarro
(Argentina, Santa Fe, 1933)
Intérprete: Juan Carlos Baglietto
(Argentina, Rosario, 1956)

martes, 13 de mayo de 2014

GIECO, LEÓN: UN DÍA BALTASAR


Dice Baltasar que tiene que cuidar
cien gallinas, diez caballos,
treinta vacas y sembrar.

Dice Baltasar: "¿Por qué trabajo tanto
si al final me estoy muriendo
de tanto trabajar?"

Pero un día Baltasar escribió sobre un galpón
unas frases muy cortitas
que decían lo siguiente:

“Las tierras deben ser del que las siembra,
porque yo estoy dando todo
y hay quien se lo lleva.

Esto es para usted, señor patrón,
y cómo va a conocer su campo
si está sentado en un sillón con su esposa
mirando televisión”.

Pero un día Baltasar se fue sin avisar,
y cuando estaba ya muy lejos
se dio vuelta, por mirar,
porque escuchaba un ruido extraño
y no sabía qué podía ser...
Y eran todos los caballos,
todas las gallinas,
mariposas blancas, los gorriones y las vacas
que seguían por detrás a Baltasar...

(Argentina, 1951)

ORGAMBIDE, PEDRO: LA INTRUSA


Ella tuvo la culpa, señor Juez. Hasta entonces, hasta el día que llegó, nadie se quejó de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el primero en llegar a la oficina y el último en irme. Mi escritorio era el más limpio de todos. Jamás me olvidé de cubrir la máquina de calcular, por ejemplo, o de planchar con mis propias manos el papel carbónico. El año pasado, sin ir muy lejos, recibí una medalla del mismo gerente. En cuanto a esa, me pareció sospechosa desde el primer momento. Vino con tantas ínfulas a la oficina. Además ¡qué exageración! recibirla con un discurso, como si fuera una princesa. Yo seguí trabajando como si nada pasara. Los otros se deshacían en elogios. Alguno deslumbrado, se atrevía a rozarla con la mano. ¿Cree usted que yo me inmuté por eso, señor Juez? No. Tengo mis principios y no los voy a cambiar de un día para el otro. Pero hay cosas que colman la medida. La intrusa, poco a poco, me fue invadiendo. Comencé a perder el apetito. Mi mujer me compró un tónico, pero sin resultado. ¡Si hasta se me caía el pelo, señor, y soñaba con ella! Todo lo soporté, todo. Menos lo de ayer. "González —me dijo el gerente— lamento decirle que la empresa ha decidido prescindir de sus servicios". Veinte años, señor Juez, veinte años tirados a la basura. Supe que ella fue con la alcahuetería. Y yo, que nunca dije una mala palabra, la insulté. Sí, confieso que la insulté, señor Juez, y que le pegué con todas mis fuerzas. Fui yo quien le dio con el fierro. Le gritaba y estaba como loco. Ella tuvo la culpa. Arruinó mi carrera, la vida de un hombre honrado, señor. Me perdí por una extranjera, por una miserable computadora, por un pedazo de lata, como quien dice.

(Argentina, 1929/2003)

LEYENDAS


Las leyendas, al igual que los mitos, son historias maravillosas que tienen origen colectivo y oral. Son narraciones de carácter tradicional que cuentan sucesos en los que la realidad y la fantasía se mezclan para justificar un hecho de la naturaleza o de la vida misma del hombre. Son transmitidas de generación en generación y no tienen autor, ya que nacen del pueblo y pertenecen a la comunidad toda: a los niños, a los adultos y a los ancianos. En virtud de ello, como todos participan de su creación y recreación, suele haber varias versiones de una misma leyenda. Su carácter maravilloso está dado por la intervención de la magia o hechos sobrenaturales (aparición de fantasmas, dioses, monstruos, hadas) o por la transformación de un personaje en algún elemento propio de la naturaleza, como es el caso de la leyenda de la flor de irupé.

Algunas leyendas:

CLASES DE PALABRAS SEGÚN EL NÚMERO DE SÍLABAS QUE POSEEN

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1. MONOSÍLABAS: son aquellas palabras que están formadas por una sola sílaba.
sol - mar - tren - con - dos - fin - cual - sien - flor
2. POLISÍLABAS: son aquellas palabras que tienen más de una sílaba, y que a su vez pueden dividirse en varias clases, a saber:
* BISÍLABAS: son aquellas palabras que están formadas por dos sílabas.
Au/to - Pei/ne - Bo/te - Ca/mión - Te/cla
* TRISÍLABAS: son aquellas palabras que están formadas por tres sílabas.
Lám/pa/ra - Ro/pe/ro - Ti/je/ra - Es/cue/la
* TETRASÍLABAS:
son aquellas palabras que están formadas por cuatro sílabas.
Dic/cio/na/rio - Te/lé/fo/no - La/pi/ce/ra - Au/to/mó/vil
* PENTASÍLABAS: son aquellas palabras que están formadas por cinco sílabas.
Com/pu/ta/do/ra - In/te/rro/ga/ción - Or/to/grá/fi/co - Pen/ta/sí/la/bas
* HEXASÍLABAS (6): an/te/pe/núl/ti/mo
* HEPTASÍLABAS (7): a/pa/ra/to/sa/men/te
* OCTOSÍLABAS (8): his/pa/no/a/me/ri/ca/no
* ENEASÍLABAS (9): e/lec/tro/en/ce/fa/lo/gra/ma
* DECASÍLABAS (10): o/to/rri/no/la/rin/go/lo/gí/a

miércoles, 7 de mayo de 2014

CLASES DE PALABRAS SEGÚN SU ACENTUACIÓN



Según el lugar que ocupa en las palabras la sílaba tónica (sílaba cuya pronunciación es más fuerte que las otras, que se denominan átonas), estas se clasifican en agudas, graves, esdrújulas y sobresdrújulas.

a) Las palabras agudas son aquellas cuya última sílaba es tónica: 

re/loj - a/vión - i/glú

b) Las palabras graves (o llanas) son aquellas cuya penúltima sílaba es tónica:

/piz - blan/co - car/te/ra

c) Las palabras esdrújulas son aquellas cuya antepenúltima sílaba es tónica:

/ja/ro - es/drú/ju/la - /ba/do

d) Las palabras sobresdrújulas son aquellas en las que es tónica alguna de las sílabas anteriores a la antepenúltima:

/me/te/lo - ha/bién/do/se/nos - llé/ve/me/la